Facio Hebequer - Calle Corriente - Serie Buenos Aires - 1940 |
Si buscamos el momento en que el
arte y la acción político - social comenzaron a vincularse en el desarrollo
artístico de nuestro país, debemos remontarnos en el tiempo al siglo XX y sus
comienzos. En dicha época se planteaba, desde el campo del arte, el debate
entre pintura y escultura y conformación de la identidad nacional. En medio de
un espacio donde se buscaba en el paisaje pampeano y provincial y la
representación de tipos y costumbres el anclaje del “ser argentino”, un grupo
de artistas provenientes de las masas trabajadores encontraron una alternativa
a esta solución instituida desde el ámbito académico.
Guillermo Facio Hebequer, Adolfo Bellocq,
Abraham Vigo, José Arato y Agustín Riganelli son quienes constituyen en grupo
denominado “Los Artistas
del Pueblo”, cuyo accionar entre 1915 y 1930 buscó la renovación de los
lenguajes plásticos y cuestionó activamente los ámbitos de exhibición,
legitimación y circulación del arte.
Abraham Vigo - Fin de jornada - Serie La Quema - 1936 |
Dos características sirven de
punto de partida para la comprensión del arte y las acciones del grupo: por un
lado la elección del grabado como técnica artística, por otro su afiliación al
anarquismo a nivel político. Habiéndose conocido compartiendo estudios en la
Sociedad Estímulo Bellas Artes, aprendieron la técnica del grabado con Pío
Collivadino, quien influyó en el grupo con sus obras de temática citadina y de
suburbios. Facio tenía su taller instalado en el barrio de La Boca, lo cual los
vinculó con los artistas del barrio, como Benito Quinquela Martín y Santiago
Stagnaro. Ámbito de inmigrantes, en su mayoría italianos, La Boca era un barrio
de conventillos, astilleros, frigoríficos y debates políticos. Las ideas
anarquistas y socialistas traídas del Viejo Continente calaban hondo en los
trabajadores, cuyas condiciones laborales y de vida eran paupérrimas. La
conciencia de que la revolución social era la vía para superar dichas
penurias se expandió gracias a la acción
de los sindicalistas en las reuniones de trabajadores. Los artistas mencionados
partiparon activamente en este proceso de difusión ideológica a través de sus
grabados (litografías, aguafuertes y aguatintas, xilografías). Desde una
estética clara y comprensible, representaron a la clase trabajadora, a la cual
pertenecían: el hombre trabajador, la mujer sostén de familia, la vida en el
conventillo, las reuniones sindicales, el trabajo, los desclasados, el arrabal
porteño, fueron los temas que representaron, desde la concepción de que el arte
servía como acción directa para mostrar y modificar la realidad, e impulsar a
la revolución social que modificaría el régimen del capitalismo.
Adolfo Bellocq - Nocturno en La Boca - 1917 |
Siguiendo la línea anarquista
ideológica, el grupo entendía que la clave de renovación en el arte estaba en
considerarlo un trabajo, cuyo actor era el artista trabajador quien, mediante
las obras, podía transformar la realidad en la que vivía y concientizar a la
sociedad. El oficio del grabado, la ilustración de periódicos de izquierda y la
realización de escenografías para las puesta en escena de las obras del Teatro
del Pueblo fueron los ámbitos propicios para el anclaje de estas ideas. Y no
sólo actuaron desde las obras: formaron parte de la creación de la Sociedad de
Artistas Pintores y Escultores (1917) y de la constitución del Salón de los
Recusados (1914) y del Salón de Independientes (1918). Estas medidas
constituyeron el núcleo de sus acciones directas contra los ámbitos de
legitimación y exhibición oficiales, a saber la Academia Nacional de Bellas
Artes, el Salón Nacional y la Comisión Nacional de Bellas Artes. Dichos espacios
alternativos buscaban ampliar el campo artístico, agrupar a los artistas y
posibilitar ámbitos de exposición a artistas que no entraban dentro del
circuito instituido y legitimador.
Agustín Riganelli - Madre del Pueblo |
Las publicaciones periódicas
cuyas páginas ilustraron eran de tirada amplia y circulaban entre los
trabajadores. “La
Montaña”, “Claridad”, “Los Pensadores” y “Bandera Proletaria” son ejemplos de las mismas,
así como también sus obras supieron encontrarse entre los libros de Elías
Castelnuovo y Leónidas Barletta. La
vinculación entre el colectivo de artistas y la Editorial Claridad marcó la
polémica que se dio en la época entre el Grupo de Boedo y el Grupo de Florida.
El primero estaba vinculado con la Editorial Claridad y con intelectuales,
escritores y artistas de raigambre proletaria e ideología de izquierda. El
Grupo de Florida supo estar conformado por las figuras relacionadas con la
publicación “Martín
Fierro”, editada entre 1924-1927, como Jorge Luis Borges, Evar Méndez,
Oliverio Girondo, Emilio Pettoruti y Xul Solar, entre otros. La dicotomia entre
ambos polos se daba a nivel político y a nivel artístico siendo dos fuerzas
que, en el período, abogaron por la renovación de los lenguajes plásticos y
supieron adentrarse en las discusiones acerca de la Modernidad, el llamado Arte
Moderno y su influencia en el campo artístico porteño.
Arato - Sin título |
El carácer político y social de
los Artistas del Pueblo buscó renovar el campo artístico de nuestro país desde
el pueblo mismo, desde su lucha y sus condiciones de vida, lo cual hace del
grupo un actor fundamental en el contexto de la época, plagado de contradicciones,
luchas sindicales y conflictos sociales que seguirían su curso durante las
siguientes décadas del siglo.
Estupendo artículo.¡
ResponderEliminarSigan con el tema!!!!!