sábado, 11 de febrero de 2012

Reseña sobre la muestra "Paisaje Nervioso" - Vicente Grondona


Naturaleza Omnipresente

En la Galería Alberto Sendros - del 21-12-11 al 24-02-12

Un diálogo con el pasado y con el presente, con la historia del arte y la naturaleza. A sumergirnos en el mismo nos invita Vicente Grondona con sus obras, en la muestra “Paisaje Nervioso”, exhibida en la Galería Alberto Sendrós.

Las pinturas y el dibujo en carbón sobre tela, así como las esculturas en talla directa en carbón vegetal, tienen en común lo natural como medio expresivo y como mensaje aprehensible. Esta omnipresencia invade la sala y sensibiliza al espectador: todo parece cercano, sobre todo el carbón como algo de uso cotidiano si se quiere, y lejano a la vez, por el aura que rodea a las obras.

Pueden establecerse numerosos vínculos entre las obras de Grondona y la historia del arte: en lo bidimensional el uso de la tinta y los trazos pueden remitir a la pintura oriental, a un impresionismo depurado y sintético. En lo escultórico se puede recordar las tallas medievales románicas y las de las misiones jesuíticas. Reminiscencias del pasado rodean a las obras tridimensionales, trabajadas con una maestría impecable teniendo en cuenta al material. Las cabezas femeninas y masculinas, las máscaras y los conjuntos de objetos (Anaqueles Posthistóricos I y II) poseen un carácter cuasi arqueológico, quizás arcaico, que vincula pasado, presente y futuro, prehistoria-historia y posthistoria. Un ida y vuelta en el tiempo, perceptible frente al conjunto de obras. Objetos reconocibles e irreconocibles, formas concisas y utilitarias, evocaciones de lo que estuvo y lo que está. Rostros sin cuerpo, como restos hallados provenientes de otro tiempo, de otro lugar. Todo confluye en el mismo espacio y entra en relación con los cuadros y sus motivos naturales.

Más allá de estos nexos realizables, lo interesante es la originalidad y sensibilidad que muestra Grondona para adueñarse de la naturaleza en el doble juego que implica pensarla como material expresivo y  como tema o motivo.  El fragmento es resignificado y revalorizado. El resto, el escombro, es material  que contiene en potencia la expresión, es medio y lenguaje a la vez.  Y la habilidad del creador hace que confluya esa latencia, que encuentra en el mismo, en obras únicas y singulares, que no pierden su cualidad innata natural. Dichas características recorren toda la producción del artista, que siempre se ha valido de la experimentación con los materiales y ha desarrollado un corpus de obra coherente y conciso, basado en las premisas antes mencionadas que son pautas de estilo propias. 

Las pinturas y el dibujo toman el tema del paisaje con sutileza, a veces plagando la superficie de líneas, otras esbozando y sintetizando. El espectador contempla la frondosidad del paisaje santiagueño, la síntesis del “Paysage bleu”, el color alterado y contundente del “Paisaje nervioso”. La obra “Brujo que sale fuera del monte” se presenta a la manera de fábula, relacionándose directamente con los demás paisajes y con las esculturas, como si el conjunto de obras exhibidas se tratase de la narración de una historia con distintos tiempos pero al mismo tiempo, con distintos capítulos pero con el mismo hilo conductor de fondo. La historia del descubrimiento de la naturaleza como fuente de inspiración, de materia y de idea, tres estadios distintos y complementarios que se unen en un todo. Narración que nos invita a ver con otros ojos, a pensar en lo que nos rodea, a agudizar la percepción.



publicada en ramona: http://www.ramona.org.ar/node/41370
fotos publicadas en www.ramona.org.ar 

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