viernes, 9 de diciembre de 2011

Reseña sobre muestra fotográfica - Cámara Holga


Holga - La cámara de las sorpresas 

En "El Imaginario Cultural" - Bulnes y Guardia Vieja - Durante diciembre 2011.

Todos entablamos determinado tipo de relaciones con los objetos que usamos. Hay cierto fetichismo que se genera en nuestra relación con ciertas cosas que apreciamos más que a otras, que son nuestras herramientas de trabajo, o que son aquellas que nos permiten crear, expresarnos. Los artesanos con sus herramientas, los artistas con los medios que eligen para dar vida a sus obras, los fotógrafos con sus cámaras....vínculos que se construyen en base a una simbiosis, a cierta adecuación por comodidad o gusto, a cierto amor por aquello que posibilita la creación.
Foto de Luis Espinosa

Quienes  utilizan la cámara Holga la eligen, entre otras cosas, por su “efecto sorpresa”. Pensada para que con un simple click se logre la imagen, sin intervención por parte del que la emplea, en realidad brinda un abanico de posibilidades único, aleatorio y azaroso en muchos casos. Sus efectos impredecibles, que serían considerados fallas en otros casos, otorgan un carácter singular a las tomas, produciéndose distorsiones, efectos oníricos y borrosos, enmarcados....Quien es astuto y manipula su cámara puede darle vida y sentido a dichos “errores”, que no lo son. Las limitaciones técnicas se constituyen en lenguaje propio, en vehículo de expresión, independientemente de lo icónico.

Tanto la cámara como la imagen resultante devienen en fetiche. La cámara, por ser el vehículo que posibilita la creación original, el congelamiento del instante y el efecto sorpresivo que en muchos casos otorga. La imagen, que contienen un aura especial, irrepetible, única, donde el “error” cobra valor, donde la “falla” es estética y significante, lo es por su originalidad, por sus matices, por ser un resultado muchas veces aleatorio sin requerir de manipulación extra.
             
             Si bien la base de la Holga es el automatismo, no encontramos una pasividad en el mismo, sino lo contrario: desde la facilidad que otorga se despierta el deseo por la experimentación, por el “hacer”, por el “probar”. Retomar el oficio de crear imágenes desde un punto de vista activo y conciente, de creación y modificación del mundo que nos rodea. Esto es lo que contemplamos recorriendo la muestra: cada fotógrafo ha experimentado con su cámara, la ha modificado, manipulado y obtenido un resultado diferente. 
             
 Independientemente de lo que hayan elegido fotografiar, lo interesante es el vínculo que se establece entre el cada uno y su cámara, y entre todos como artífices de imágenes mediante el empleo de la Holga, que los convoca, los agrupa en una comunión especial y única, en un rito de creación intenso y reflexivo.




Fotos de autoria propia.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

La obra de Kim Yun Shin


Arte y diálogo con el Absoluto


Vaciar la mente de pensamientos. Entrar en comunión con lo Absoluto. Abrir el corazón, puro, para que florezca la inspiración. Ésta es parte del fundamento filosófico-artístico de Kim Yun Shin, artista coreana que expone su obra en el museo que lleva su mismo nombre, en el barrio porteño de Flores. Fuera del circuito tradicional de museos, galerías y ámbitos vinculados al arte, este espacio se establece como intermediario entre el público y el trabajo de la artista, rico en matices espirituales y trascendentales, así como en estilo y técnica.

Kim Yun Shin nació en la República de Corea y allí inició sus estudios en arte, para continuarlos luego en París. Las pautas canónicas aprendidas no limitaron su producción, que fue dotándose de un estilo personal  y único, con la experiencia, la experimentación y el trabajo constante. En su vasta trayectoria ha trabajado con diversos materiales como bases para sus esculturas como el hierro, las piedras semipreciosas y la madera. A su vez, también ha desarrollado parte de su talento en el ejercicio de la pintura y el grabado. Dichas técnicas aprehendidas y transformadas en propias dan como fruto obras de gran calidad y contundencia.




Toda obra viene acompañada de una reflexión previa. El artista no crea simplemente por impulso sino que, detrás de lo que hace, siempre podemos buscar aquello  que dio el puntapié inicial a la inspiración y la creación. La concepción y el nacimiento de la obra de arte tienen un sinfín de matices ricos en contenido, a los que es interesante llegar mediante el análisis de aquello connotado y denotado.





En este caso, subyace una profunda reflexión filosófica acerca de la vida, de lo primigenio, de la relación y diálogo con lo Absoluto. La idea de “comunión de a dos para la unidad”, de compartir a través del amor, de ver la relación existente entre el universo y la naturaleza, son parte fundante de su obra pictórica y escultórica. 

Lo vemos en sus esculturas en madera, que poseen un fuerte carácter totémico: el hombre busca reencontrarse con aquello que le dio la vida, reconocerse y sentirse contenido. Buscar comprender la génesis del mundo lleva a buscarse a uno mismo, plantearse de dónde uno viene y hacia donde va también. De aquí el estímulo reflexivo que contienen las obras, que son disparadores que posibilitan la propia reflexión de quien las contempla. Los bloques de madera se alivianan sin perder su macizidad, ondulan en el espacio e invitan al recorrido.

En lo pictórico también se parte de estos ideales profundos, siendo el color y la forma lo que resalta a primera vista, y luego la textura, en un acercamiento. Las formas abstractas se vinculan en una explosión de color llamativa y poderosa. Quizás así haya sido el comienzo de todo, quizás lo sea el contacto con lo divino.



Kim Yun Shin dialoga con el Absoluto, libre de pensamientos preconcebidos y prejuiciosos.  Y  en dicho intercambio, su cuerpo se convierte en la herramienta que permite plasmar esta comunicación en arte, para que accedamos a ella también, vacíos de pensamientos y juicios a priori.




Museo Kim Yun Shin – Felipe Vallese 2945 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Horario de visitas: de 14 a 19 hs, solicitarlas al 4612-0583. Jueves, viernes y sábados.

domingo, 16 de octubre de 2011

Reseña sobre Ernesto Neto

Arte-Juego-Vida

Ernesto Neto en el Faena Arts Center

Poner el cuerpo y experimentar.  Sentir. Recorrer y vivenciar. Recuperar la capacidad de jugar. Estas experiencias son las que nos propone Ernesto Neto con su obra O Bicho SusPenso na PaisaGem, instalada en el recién inaugurado Faena Arts Center. El mismo artista habla de “arte experiencial”, que combina lo sensorial con lo corpóreo, lo físico con lo intelectual.

Ya al entrar en el gran espacio blanco y luminoso que es la Sala Molinos, y encontrarnos con la estructura  tejida, tenemos una percepción singular del espacio y de la obra. La misma cuelga, literalmente, cayendo sin tocar el piso, dando la impresión de laberinto colgante entretejido. Y luego pasamos a descubrir que la obra, en sí, es el recorrido. Porque estamos invitados no sólo a ver, sino a adentrarnos en el entramado de red y pelotitas de plástico suspendido.

Hay gente de todo tipo, edad, altura, peso....nada importa porque todos jugamos juntos a recorrer esta estructura biomórfica, armada en base a un tejido al crochet delicado y multicolor, combinado con piedras y pelotas de goma, que arman el piso sobre el que transitamos.
Cuando empezamos a subir la primera sensación es la de movimiento oscilante: estamos caminando sobre una gran red colgada y móvil. Y así, oscilando, agarrándonos de la red los más grandes, saltando, gateando, rodando, los más chicos, entramos en el juego. En el mismo no sólo nos movemos, sino que también podemos elegir por dónde transitar, podemos recostarnos en ciertos “descansos”, y nos vemos inmersos en el color que va variando a medida que avanzamos.

La búsqueda de Neto, con esta obra y otras previas, apunta a recuperar la libertad y el juego perdidos en el paso de la infancia a la adultez. Volver a sentir, a disfrutar, a gozar mediante la participación no sólo visual sino corporal de la experiencia. Y esta búsqueda se enmarca en su idea de hiperculturalismo, de cultura humana, que no parte de la premisa de que cierta cultura es más o menos evolucionada o de mayor o menor calidad, sino de la de que cada persona es en la cultura, entendida como hermandad. Interesante concepción que se diferencia abismalmente de la noción de globalización: el hiperculturalismo nos une como seres humanos , construyéndose así una red, un entramado de significación que excede nacionalidades, países, continentes. Quizás esta obra sea paradigma de esta concepción. Todos entramos en una gran red donde somos partícipes libres, donde podemos despertar a nuestro “niño interior”, donde podemos jugar a estar todos hermanados en una misma experiencia enriquecedora.
 
Más palabras no vale la pena decir....hay que vivir la obra.

Fotografías de autoría propia.
Publicado en La Voz Joven.  http://www.lavozjoven.com.ar/?q=contenido/inauguraci%C3%B3n-del-artista-brasile%C3%B1o-ernesto-neto-en-el-faena-arts-center

sábado, 1 de octubre de 2011

Reseña sobre "Geométricos en Acción"

"La Geometría como Lenguaje"

Artistas: Mauro Bustos Cerain, Martín y Pepe Cáceres, Clarisa Cassiau, Carolina Cerverizzo, Salvador Constanzo, Oscar Deza, Carlos Di Leone, Adriana Fasoli, César Fioravanti, Tomás Isla Cáceres, Marcelo Maira, Hilda Mans, Jorge Melfi, Eugenio Monferrán, Ana María Olivera, Jorge Pereyra, Anteo Savi, Cristina Sicardi, Gloria Stafforini, Enrique Tommaseo, Débora Trachter, René Trubol.
Galería de arte "Palermo H" - del 30/9 al 13/10/11
Publicado en ramona web

Herederos de los grupos Arte Concreto-Invención, Arte Madí y del Perceptismo, los artistas expositores en la muestra colectiva “Geométricos en Acción” son un claro ejemplo de cómo la geometría sigue siendo un lenguaje atemporal  y un medio de expresión abierto y contemporáneo.

Débora Trachter con su obra
Recorriendo la muestra podemos contemplar obras donde la geometría se circunscribe al ámbito bidimensional, otras donde se genera la tercera dimensión mediante la incorporación de elementos extra-pictóricos, otras donde se trabaja con el recorte del marco. La pintura, la escultura y el arte digital son las técnicas empleadas. Todas muestran una filiación directa con los movimientos antes mencionados, plantándose como exponentes actuales de tales tendencias.

Lo interesante es ver cómo la abstracción geométrica sigue vigente como medio expresivo. Al no depender del anclaje en una temática específica como el arte figurativo, como por ejemplo la historia, el mito o lo anecdótico, posee una mayor libertad expresiva e interpretativa.  Se  generan cuestionamientos al soporte tradicional, se abren significados, y son recibidos sin condicionamientos previos, abriéndose así un abanico de interpretaciones posibles para el espectador.

La geometría  es un lenguaje universal, atemporal. Se la ha empleado para realizar cuestionamientos en el seno mismo del arte. No sólo se ha planteado como alternativa superadora de la realidad, contra el realismo y con la intención de crear “objetos nuevos”, sino también como una búsqueda de la acentuación de los componentes plásticos puros. La línea, el plano, la relación figura-fondo, el color son base de investigaciones exhaustivas que producen resultados diferentes.

En la muestra  vemos lo anteriormente dicho en cada obra, en cada artista. Los marcos recortados de Gloria Stafforini, Martín Cáceres y Carlos Di Leone, la fuerza del color, la figura y la perspectiva en la obra de Adriana Fasoli, el planteo del límite entre la abstracción geométrica y la figuración en la obra de Mauro Bustos Cerain, son algunos de los ejemplos que podemos dar. Cabe mencionar la introducción del arte digital (ver la obra de Débora Trachter) como medio expresivo no “tradicional”, con la que la artista logra, gracias a su talento, una gran riqueza de formas y colores interrelacionados en el plano.

Imperdible panorama de obras y artistas geométricos y “en acción”.

Publicado el 1/10/11
Link directo a reseña y más imágenes: http://www.ramona.org.ar/node/39391

martes, 27 de septiembre de 2011

Reseña sobre la muestra "El color en el espacio y en el tiempo"

"Vivir el color"

Artista: Carlos Cruz-Diez
Malba - 21 de septiembre de 2011 al 5 de marzo de 2012
Publicado en ramona web


Situar al color en el espacio y el tiempo. Esa ha sido la misión teórica y práctica de Carlos Cruz-Diez, artista venezolano nacido en 1923, a lo largo de su vasta carrera artística. Lo ha llevado a experimentar con diversos materiales y técnicas, así como en distintos campos como la pintura, la escultura, la arquitectura.
Si bien se lo ha catalogado como un “artista cinético”, el término excede su producción en tanto el movimiento no ha sido su única búsqueda plástica. Bien lo aclara Mari Carmen Ramírez en el folleto al que accedemos en el MALBA: compartió ciertas afinidades con el grupo, así como ámbitos de exposición, pero fue más allá de las premisas cinéticas.

Recorriendo la muestra, el espectador se ve inundado por el color. El mismo ha sido el punto de partida de la obra de Cruz-Diez, considerado como elemento atemporal del arte. Se libera de la bidimensionalidad, del plano, para incorporarse en el espacio y en el tiempo, libre de toda carga cultural. Vale como elemento primario para las investigaciones del artista, vale para la obra y en su relación con quien la contempla. Es el elemento clave, que permitirá que el espectador participe, se convierta en alguien activo frente a la obra. Porque, al ser el color algo que sale del lienzo “hacia afuera”, invita a cierta participación física, es percibido como lo fundamental, más allá de la geometría construida en los cuadros. Por ejemplo, muchas de las obras de la serie “Las Fisicromías informales” (1961) nos despiertan la necesidad de caminar de un extremo al otro del cuadro, en un ida y vuelta que modifica nuestra percepción de las mismas. Nos sorprendemos, nos admiramos, descubrimos, en el juego que se establece entre nosotros y la obra, nuevas formas de percibirla. El color es una presencia que se extiende más allá del plano, entrando en contacto directo con quien está observando. Esto es lo que diferencia a Cruz-Diez del arte cinético: como antes mencionáramos, no va en busca del movimiento dentro de la obra, sino que se vincula más con cierta línea de investigaciones que se dieron desde el siglo XX acerca del color como entidad autónoma. Cabe mencionar aquí a artistas que teorizaron sobre la temática como Klee, Kandinsky y Sonia Delaunay. 

Aquí no encontraremos un uso descriptivo, literario, decorativo ni metafórico del color. El color es libre, tiene vida propia. Y su vida se une a la de cada uno de los que se para frente a la obra. Lo cromático se introduce en lo cotidiano como podemos ver, por ejemplo, en las intervenciones de Cruz-Diez en edificios y la vía pública, sus proyectos arquitectónicos, inclusive en dos ambientaciones que se pueden recorrer en la muestra en las cuales nos sumergimos dentro de la concepción del artista, poniendo el cuerpo en el recorrido y percibiendo al color en el espacio y en el tiempo, en tres dimensiones. Así lo vivenciamos: quien entra en estos espacios es invadido, rodeado, “tocado” por el verde, el azul, el rosa, las líneas. La primera instalación une imágenes proyectadas sobre los muros y sobre dos objetos geométricos, la segunda es un espacio blanco dividido en tres, con luces de color. Aquí se pasa de la contemplación al “vivir el color” en sí mismo, a sentirlo. Nos traspasa, nos atraviesa.

El recorrido por la muestra nos lleva desde sus primeras obras figurativas, pasando por los primeros cuadros en donde la bidimensionalidad es concreta, para luego introducirnos en aquellos donde el color sale hacia afuera. Ayudó al logro de esto el trabajo del artista con elementos insertos en la bidimensionalidad. Acompañan esculturas, bocetos sobre las obras, las dos ambientaciones nombradas anteriormente, y un sector con sus proyectos arquitectónicos acompañados de un video donde podemos contemplar sus intervenciones en el ámbito urbano.

Esta primera y seria retrospectiva sobre la obra de Cruz-Diez es imperdible. Porque el mero relato del recorrido no alcanza para transmitir la experiencia del mismo, la huella que queda marcada en el espectador, la sensación de ser invadido y penetrado por el color. Estamos invitados a “vivir el color” y abrir así nuestra propia percepción del mismo, así como a participar activamente en la obra.


Publicado el 27/9/2011
Link directo a la reseña: http://www.ramona.org.ar/node/39275

domingo, 11 de septiembre de 2011

Reseña sobre la muestra "Recortes de Inventario"

"El Coleccionista y el Collage"

Artista: Eduardo Stupia
CC Recoleta - 26/8 al 25/9/2011
Publicado en ramona web


El mundo entero puede caber en la superficie bidimensional de un cuadro a través del collage. Lo más disimil puede entrar en contacto y cobrar significación, lo más similar puede diferenciarse, oponerse. Todo fragmento  descontextualizado se une a otros formando un todo nuevo. Ejemplos del empleo de dicha técnica se encuentra con el surgimiento de las vanguardias históricas, a principios del siglo XX. El objeto, inserto en el lienzo, no sólo rompe la bidimensión y aporta significado, sino que provoca un quiebre en el canon tradicional artístico que se seguía hasta ese momento.

Como bien dice el panel de presentación de la muestra, Eduardo Stupia es un coleccionista, un recolector de revistas, libros , fascículos, boletines, etc. que sirven de materia prima para su obra, así como son fuente de inspiración. Si se piensa que en el collage se juega el azar, es un error. Hay cálculo, hay relación, hay estrategia. Porque las partes vinculadas son elegidas adrede y su relación se establece con un sentido especial. A ésto se suma el plus de significación que cada receptor aporte a la obra, extraiga de ésta.                               

Stupia no sólo se vale de recortes sino que los une también a la pintura, al dibujo, a objetos, usa hojas de libros, fotografías. La bidimensionalidad se rompe con la tridimensión otorgada por algunos de ellos. Varias de las obras  se presentan en series siguiendo una técnica determinada que las agrupa, por ejemplo los collages de retratos recortados y rearmados. La unión de fragmentos puede ser aleatoria, como suele ocurrir en el collage, pero el significado que cobra lo reunido no lo es. Si bien las obras pueden cobrar múltiples significados según el espectador que las contemple, siguen un hilo común de sentido que les otorga coherencia. Se produce una pérdida de identidad de lo fragmentado, pero al mismo tiempo se crea una identidad nueva, enriquecida, modificada.   
   
 
                                                     
Entra en juego también la palabra. Frases recortadas y unidas en un espacio común, en distintos idiomas a veces, sobre distintos temas. Llaman la atención las imágenes de carácter enciclopédico, ya sea de personajes históricos como del mundo natural, animal, vegetal. También encontramos hojas de libros formando una serie específica. Da la sensación de encontrarse dentro de un gran compendio de saberes, de información, de datos. Se presenta como un todo integrado por partes que si vemos por separado notamos arrancadas de su contexto, pero que no pierden su coherencia en el nuevo lugar que ocupan, ni en la relación que establecen con lo que los rodea.                           

El artista se sumerge en un universo infinitamente rico en material al cual selecciona, otorga valor, une o reune, resignifica. Se apropia de aquello que representó algo para él y lo utiliza, lo modifica, le encuentra relación con otra cosa. Así constituye un texto nuevo  mediante textos anteriores, una nueva imagen con retazos de imágenes previas, todo de diversa procedencia pero de invaluable riqueza. Riqueza que salta a la vista al contemplar cada cuadro, cada composición y que llama al espectador a encontrar la relación, el significado, a sorprenderse, a descubrir. Cada cuadro nos invita a recorrerlo con la mirada, a encontrar en él el juego de relaciones, la concordancia, la vinculación. Nos muestra como gracias al collage,  técnica siempre actual y reactualizada,  el artista se conecta con el carácter lúdico del arte. Stupia juega al seleccionar y al unir, al intervenir, al crear.        
                     
                                                             
Acompañan en la muestra a las obras de Stupia dos series de Gabriela Di Giuseppe y Rosana Schoijett, que entran en vinculación, complementan y completan la idea de la muestra.           




Fotos de autoría propia. Publicado el 11/9/2011
Link directo a la reseña y más imágenes: http://www.ramona.org.ar/node/38918