miércoles, 16 de noviembre de 2011

La obra de Kim Yun Shin


Arte y diálogo con el Absoluto


Vaciar la mente de pensamientos. Entrar en comunión con lo Absoluto. Abrir el corazón, puro, para que florezca la inspiración. Ésta es parte del fundamento filosófico-artístico de Kim Yun Shin, artista coreana que expone su obra en el museo que lleva su mismo nombre, en el barrio porteño de Flores. Fuera del circuito tradicional de museos, galerías y ámbitos vinculados al arte, este espacio se establece como intermediario entre el público y el trabajo de la artista, rico en matices espirituales y trascendentales, así como en estilo y técnica.

Kim Yun Shin nació en la República de Corea y allí inició sus estudios en arte, para continuarlos luego en París. Las pautas canónicas aprendidas no limitaron su producción, que fue dotándose de un estilo personal  y único, con la experiencia, la experimentación y el trabajo constante. En su vasta trayectoria ha trabajado con diversos materiales como bases para sus esculturas como el hierro, las piedras semipreciosas y la madera. A su vez, también ha desarrollado parte de su talento en el ejercicio de la pintura y el grabado. Dichas técnicas aprehendidas y transformadas en propias dan como fruto obras de gran calidad y contundencia.




Toda obra viene acompañada de una reflexión previa. El artista no crea simplemente por impulso sino que, detrás de lo que hace, siempre podemos buscar aquello  que dio el puntapié inicial a la inspiración y la creación. La concepción y el nacimiento de la obra de arte tienen un sinfín de matices ricos en contenido, a los que es interesante llegar mediante el análisis de aquello connotado y denotado.





En este caso, subyace una profunda reflexión filosófica acerca de la vida, de lo primigenio, de la relación y diálogo con lo Absoluto. La idea de “comunión de a dos para la unidad”, de compartir a través del amor, de ver la relación existente entre el universo y la naturaleza, son parte fundante de su obra pictórica y escultórica. 

Lo vemos en sus esculturas en madera, que poseen un fuerte carácter totémico: el hombre busca reencontrarse con aquello que le dio la vida, reconocerse y sentirse contenido. Buscar comprender la génesis del mundo lleva a buscarse a uno mismo, plantearse de dónde uno viene y hacia donde va también. De aquí el estímulo reflexivo que contienen las obras, que son disparadores que posibilitan la propia reflexión de quien las contempla. Los bloques de madera se alivianan sin perder su macizidad, ondulan en el espacio e invitan al recorrido.

En lo pictórico también se parte de estos ideales profundos, siendo el color y la forma lo que resalta a primera vista, y luego la textura, en un acercamiento. Las formas abstractas se vinculan en una explosión de color llamativa y poderosa. Quizás así haya sido el comienzo de todo, quizás lo sea el contacto con lo divino.



Kim Yun Shin dialoga con el Absoluto, libre de pensamientos preconcebidos y prejuiciosos.  Y  en dicho intercambio, su cuerpo se convierte en la herramienta que permite plasmar esta comunicación en arte, para que accedamos a ella también, vacíos de pensamientos y juicios a priori.




Museo Kim Yun Shin – Felipe Vallese 2945 – Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Horario de visitas: de 14 a 19 hs, solicitarlas al 4612-0583. Jueves, viernes y sábados.

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